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‘Perdida’, el último ejercicio de estilo del brillante David Fincher


«Perdida» (Gone Girl) es un «thriller» absorbente y con una compleja y efectiva estructura sacada de la novela de Gillian Flynn, la historia perfecta para que David Fincher vuelva a demostrar su estilo preciosista pese a que no es su película más redonda.

Fincher es uno de los directores más particulares del cine actual, con títulos variados y de una profunda complejidad, como «Seven», «Fight club», «La Red Social» o «Zodiac».

Títulos en los que la pasión del director se desbordaba en cada plano, algo que se echa en falta en «Perdida», una gran película pero con un exceso de frialdad no solo en la pareja protagonista -algo esencial para el filme-, sino en la forma de narrar la historia.

En la pareja protagonista brilla muy por encima la británica Rosamund Pike, que borda su papel de víctima o no tan víctima, de mujer inteligente pero con una vida tan complicada que ha hecho de ella un ser humano que a veces parece fabricado por su pura perfección.

Aunque eso se entiende mejor en el libro de Gillian Flynn que en la película, en la que David Fincher ha optado por cortar bastantes episodios de la novela que resultan muy esclarecedores en lo que al comportamiento de Amy Dunne.

Amy (Rosamund Pike) está casada con Nick (Ben Affleck), una pareja aparentemente perfecta que cumple su quinto año de matrimonio.

Pero ella desaparece, y todas las pruebas apuntan a que la pareja no era tan perfecta y a que el marido esconde mucho y dice nada.

El comienzo de la película es tan bueno como el del libro, y Flynn ha hecho una fantástica adaptación de su libro para que Fincher tuviera el material adecuado para hacer la película.

Y aunque en el libro funciona mejor la mezcla de hilos narrativos -actualidad, pasado e irrealidad-, es un esquema que se sostiene sin problemas con la excelente planificación de Fincher.

El bache de la película es el momento en el que la historia empieza a encajar, en la que el espectador empieza a entender realmente lo que está viendo. Es ahí donde se escapa por momentos la película, probablemente porque Ben Affleck es mucho mejor director que actor.

Pero Fincher se recupera y, cuando parece que ya está todo vendido, ofrece una brillante resolución de la historia, por encima incluso de la novela original.

La respuesta del público ha sido la mejor hasta ahora en la carrera de este director y en menos de una semana ha alcanzado los 85 millones de dólares (unos 67 millones de euros).

EFE