Uncategorized

Festival de Toronto impulsa a Benedict Cumberbatch hacia los Oscar


«The Imitation Game«, del director noruego Morten Tyldum y protagonizada por Benedict Cumberbatch, se coronó como la película favorita del público del Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), que terminó su 39 edición tras 11 días de proyecciones.

El filme que oficialmente cerró la muestra, y último estreno mundial de la 39 edición de TIFF, fue «A Little Chaos«, del director Alan Rickman e interpretada por Kate Winslet, Matthias Schoenaerts, Alan Rickman y Stanley Tucci.

La cinta, situada en la Francia del siglo XVII, narra la relación entre Sabine de Barra (Winslet), encargada por el rey Luis XIV de los jardines del palacio de Versalles, y André Le Notre (Matthias Schoenaerts), el arquitecto oficial del monarca francés.

TIFF no es un festival competitivo, como Cannes o Venecia, pero si permitió a los cerca de 300,000 espectadores que acuden a las proyecciones que voten por su película favorita de entre los aproximadamente 300 largometrajes que acudieron este año a su 39 edición.

Y aunque el Premio del Público no tiene prácticamente valor monetario (sólo 15,000 dólares), muchos años la valoración del público de Toronto ha coincidido con los gustos de los miembros de la Academia de Cine de Estados Unidos, que en febrero decidirán los ganadores de los óscar.

Por ejemplo, el ganador el año pasado del Premio del Público de TIFF, «12 años de esclavitud» consiguió posteriormente el Oscar a la Mejor Película.

En 2010, «El discurso del rey» también obtuvo el Premio del Público en Toronto y pocos meses después se hizo con cuatro estatuillas de la Academia.

Los ejemplos son abundantes hasta el punto que TIFF se ha convertido para muchos estudios el lugar preferido para el estreno mundial de aquellas películas que consideran, o esperan, tendrán más posibilidades en la competición por los Oscar.

Antes del anuncio del Premio del Público, «The Imitation Game», un drama en la que Benedict Cumberbatch interpreta al matemático británico Alan Turing, quien descifró el código secreto de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, ya había sido señalada por la crítica como una de las candidatas a los Oscar.

Tanto la interpretación que Cumberbatch realiza de Turing, el atormentado genio que tras contribuir de forma decisiva a la victoria Aliada frente al régimen nazi fue perseguido por las autoridades británicas por su homosexualidad, como la de Keira Knightley han sido calificadas como merecedoras de un Oscar.

Otra película de Cumberbatch también ha empezado a ser mencionada como candidata a las preciadas estatuillas tras ser proyectada en Toronto: «La teoría del todo«, en la que esta vez da vida al genio de la astrofísica Stephen Hawking.

En las quinielas también aparecen el drama sobre el Alzheimer «Still Alice«, en el que destaca la interpretación de Julianne Moore, y «Wild«, en la que Reese Witherspoon da vida a una mujer que trata de abandonar su drogodependencia con un viaje a pie de casi 2,000 kilómetros.

Pero también este año, uno de los temas dominantes de las conversaciones en el TIFF, al que han acudido como cada año la «crème de la crème» de Hollywood junto a sus ejércitos de publicistas y relaciones públicas, es la falta de una película que sobresalga claramente del resto.

Una de las razones dadas ha sido la nueva política impuesta este año por el TIFF de reservar los cuatro primeros días de la muestra a películas que sean estrenos mundiales o, al menos, en Norteamérica.

La decisión, que ha sido calificada como «agresiva» por algunos, ha provocado que películas como «Birdman«, de Alejandro González Iñarritu, se haya quedado fuera del Festival de Toronto.

EFE