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‘El Hobbit’ termina sin gasolina


En un total de 1,032 minutos las seis películas de Peter Jackson de la obra de J.R.R. Tolkien han sumado más de 5,000 millones de dólares a nivel mundial, han convertido a Nueva Zelanda en sinónimo de la Tierra Media y han asesinado a tantos orcos que podrían considerarse un genocidio.

El tamaño del logro de Jackson, un mundo fantástico majestuoso de sus paisajes increíbles a sus pies peludos, es suficiente para sonrojar a Cecil B. DeMille. Por montañas escarpadas y bosques encantados, ha hecho que sus hobbits, elfos y magos corran siempre bajo la amenaza de la codicia y el egoísmo. Pero sobre todo ha tomado la fantasía seriamente y le ha dado vida a la espléndida creación de Tolkien con amor.

Tristemente todo aquí dicho es válido para la trilogía de «El señor de los anillos» de Jackson. La subsecuente trilogía «Hobbit» que por fin ha concluido con «La batalla de los cinco ejércitos» inevitablemente será considerada como innecesaria, una trilogía como la segunda serie de «La Guerra de las Galaxias», que resulta exagerada.

Para empezar la magia casi ha desaparecido. «El Hobbit» podría haber sido una agradable y única cinta previa a «El señor de los anillos» pero al dividirla en tres Jackson y su equipo le quitaron la tensión dramática del libro.

La primera, «Un viaje inesperado», es memorable sólo por su introducción cómica de los 13 enanos en la interminable escena en la casa de Bilbo Bolsón.

«La desolación de Smaug», para el gusto de AP la más emocionante de las tres. Presenta (finalmente) a otra mujer en la historia_ Evangeline Lilly en el papel de la elfa Tauriel_ y al dragón con la impresionante voz de Benedict Cumberbatch.

Lo que distingue a «La batalla de los cinco ejércitos» es su sopor. Tras cinco películas de acción, con sus personajes siempre en lucha, «El Hobbit» parece quedarse sin gasolina, detenido en la Montaña Solitaria. Tras el ataque de Smaug,

«Cinco ejércitos» termina «El Hobbit» con un popurrí de la Tierra Media cuando todas las fuerzas confluyen en Erebor.

La riqueza dentro de la montaña atrae a los enanos (encabezados por Richard Armitage en el papel del rey Thorin), elfos (representados por el presumido Thran-duil de Lee Pace), un grupo de humanos (guiados por el Bardo de Luke Evans) y hordas de orcos.

Toda la conmoción no deja mucho espacio para la acción de Bilbo Bolsón, interpretado por Martin Freeman. El actor es una de las mejores adiciones cómicas a la tan seria épica de Jackson_ la primera risa llega después de una hora en

«Cinco ejércitos», pero suele verse superado por la avalancha de personajes y efectos visuales. Quizá, aunque Jackson no lo crea, una escena de una batalla no necesita durar una hora.

Las escenas de acción se presentan en el formato de 48 cuadros por segundo que le gusta a Jackson (aunque hay opciones dependiendo de los cines y también se puede ver en 3D), pero al tratar de lograr una mayor claridad demuestra una mayor artificialidad. Algunos creen que este formato de 48 cuadros es el futuro del cine (James

Cameron es uno de sus admiradores), pero por ahora es la mayor evidencia de que pasar 15 años en una casa de Hobbit han afectado la visión de Peter Jackson. Las tomas con efectos se ven bien pero las escenas de acción con actores parecen una telenovela.

Quizá es tiempo de reconocer a Jackson por sus obsesiones. Ha pasado mucho tiempo en la Tierra Media y su amor por ella nunca ha estado en duda. Es hermoso.
AP