Cuando «Bajo la misma estrella» (»The Fault in Our Stars») llegó a las librerías hace más de dos años, John Green no se imaginaba en lo absoluto que hubiera una versión cinematográfica de su historia sobre adolescentes con cáncer.
«Había tenido algunas experiencias con Hollywood antes y no fueron de las mejores y sentía que a Hollywood le iba a costar trabajo hacer una película en la que la protagonista femenina tiene tubos que le salen de la nariz toda la película», dijo.
Pero llegó el 2014 y con él el estreno de la cinta (este lunes en Estados Unidos y el jueves en México). Se trata del primer libro popular de John Green que llega al mundo del cine después de que lo convenció la dedicación del guion a sus personajes en plena adolescencia.
Green, quien es una especie de rockstar entre los jóvenes lectores, en especial entre las chicas, creció en Orlando Florida y encarna la imagen de un escritor modesto, pero ahora camina por las alfombras rojas, bromea en los programas matutinos de televisión y es amigo de Nat Wolff y el resto de los actores jóvenes de la cinta: Shailene Woodley y el debutante Ansel Elgort.
Con su camisa de cuadros y su conservador saco sastre, John Green de 36 años con todo y sus lentes fue quien se llevó la mayor ovación, y no Nat Wolff, el sábado ante cientos de chicas que llegaron a la feria anual BookExpo America.
Green bajó del escenario en medio de una sala de conferencias llena de gente para darle un abrazo de oso a Robert Berger, de 16 años, quien tiene una pierna amputada. Berger, en su segundo año de secundaria, usa una prótesis como el galán de «Bajo la misma estrella» Gus Waters. Llegó al micrófono para decir: «Gracias John por responder una pregunta que tuve toda mi vida, que fue si durante el sexo debía quedarme con mi pierna o no».
Green, quien tiene dos hijos, es totalmente respetuoso de Berger y sus otros «luchadores nerd», la comunidad de admiradores en el mundo que lo han llevado a Hollywood y se saludan con su célebre frase: «¡no te olvides de ser increíble!». Incluso tienen un saludo especial cruzando sus brazos sobre el pecho y separando sus dedos en dos. Es una cosa que hay que ver en vivo.
¿Entre tanto glamur puede Green mantener su magia? Su autenticidad entre los jóvenes llevó a que el New Yorker lo apodara «El encantador de adolescentes». Pero a él no le gusta ese término.
«No encanto a los adolescentes muy seguido. Creo que encantar a los adolescentes sería raro y un poco tenebroso», bromeó. «Me encanta hablar con adolescentes, me encanta hacer cosas para los adolescentes y hacer cosas con ellos».
La vida de Green ha estado bastante alejada del cine comercial y ante la llegada de la cinta espera que esto no cambie.
«Espero no estar desarrollando un cerebro Hollywoodense. Me encantan los libros. Me encanta escribir libros. Me encanta el cine también pero soy un escritor y si tengo la suerte de trabajar con gente que es genial haciendo películas me siento muy agradecido, pero no tengo deseos de convertirme en un cineasta», dijo.
Green ganó el premio Printz en 2006 por su novela debut «Buscando a Alaska» (»Looking for Alaska») y desde entonces sus libros han estado en las listas de los más vendidos. Este año el autor llegó a la lista de Time de las 100 personas más influyentes.
La inspiración para escribir «Bajo la misma estrella» surgió cuando era estudiante y trabajaba capellán en un hospital infantil y después por su amistad con Esther Earl, una adolescente del Quincy, Massachusetts, que conoció en un evento de «Harry Potter». Earl murió de cáncer de tiroides en 2010 a los 16 años.
«Esther tenía un don maravilloso para imaginar a otros y para imaginarlos de manera muy compleja», dijo Green. «Eso era muy importante para mí al pensar sobre esta historia, pero también fue importante para mí para llegar a la conclusión de que una vida corta también puede ser una vida importante, que una vida corta también puede ser una vida buena y plena».
AP