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‘Grandes Héroes’, los superhéroes de Disney llegan con mano de obra española


En «Grandes Héroes» (Big Hero 6), lo nuevo de Disney, trabajaron casi un centenar de animadores para crear personajes como Hero o Baymax, de los que una decena son españoles, como es el caso de Valentín Amador y Daniel Martín Peixe, en un grupo donde también hay varios brasileños y venezolanos.

«Grandes Héroes», dirigida por Don Hall y Chris Williams, es la séptima película del estudio desde que John Lasseter se convirtiera en su responsable.

Y, sobre ella, recae la responsabilidad de ser el siguiente proyecto de Disney tras el éxito abrumador de «Frozen«, el filme de animación más taquillera de la historia.
«Creo que un éxito así pasa una vez en cada generación«, dijo Amador en una entrevista con Efe.

«Durante el rodaje de Grandes Héroes, de lo que más se hablaba en el estudio era que debíamos hacer otra buena película, pero que no tuviera nada que ver con Frozen. Disney quiere un amplio abanico de géneros«, añadió.

Dicho y hecho: «Grandes Héroes», de estreno el 7 de noviembre, es la primera película de animación de Disney derivada de un cómic de Marvel y en ella tienen cabida robots sofisticados, jóvenes científicos metidos a superhéroes y una ciudad futurista a caballo entre Tokio y San Francisco.

La historia central gira en torno a la relación entre Hiro, un prodigioso inventor de 14 años, y Baymax, un robot médico inflable producto de las investigaciones de su hermano mayor, Tadashi, que fallece en extrañas circunstancias.
«Uno de los quebraderos de cabeza fue el tono de la cinta«, admitió el animador español.

«Se intentó que hubiera un equilibrio entre la acción y los sentimientos del protagonista, pero fue delicado, porque son temas duros y no deja de ser una película de Disney«, indicó Amador, que recuerda cómo los directores consultaron con psicólogos para plasmar el duelo por la pérdida de un ser querido.

Tras la muerte Tadashi, Hiro se esmera en mejorar las habilidades del autómata para localizar y detener las fechorías de un villano enmascarado.

Para llevar a cabo su empresa, contará además con la ayuda de cuatro compañeros, todos jóvenes promesas de la tecnología y la robótica, que terminarán convirtiéndose en improvisados superhéroes.

«Baymax no se pone a volar con Hiro para que quede chulo«, sostuvo Martín Peixe, «sino porque tiene una motivación, que es curar al protagonista. Le ayuda a superar su sufrimiento y a estar más feliz con la ayuda de sus amigos. Todo tiene una justificación».

Su trabajo es dar vida y movimiento a los personajes del filme y ellos se ven a sí mismos en parte como actores, porque reciben las indicaciones del director y las deben dar forma en la cinta.

«Hay una escena -explicó Amador- en la que trabajé hacia el final de la película con la que disfruté y sufrí a la vez. En ella, Hiro comprende su cometido. Es muy sutil y tiene mucha planificación detrás«.

«El nivel de sutileza en Disney -agregó- es bastante intenso. Siempre odio lo que hago, todo me parece horrible. Pero los directores me felicitaron, así que quedé contento».

Amador se centró más en el personaje de Hiro y, en general, tienden a darle escenas más intensas y dramáticas.

En cambio, a Martín Peixe le encargan más secuencias de acción, como la que abre el filme con una pelea clandestina entre robots.

«Estuve bastante tiempo trabajando en ella, porque es una secuencia larga y me permitió presentar al mafioso que organiza las peleas y a la árbitro de los combates. Les saqué todo el jugo sobre cómo se mueven, cómo caminan y cómo se expresan«, explicó el mallorquín, de 37 años.

Ambos llegaron a Disney cuando Lasseter ya se había hecho cargo del estudio y coinciden en señalar que comenzar a trabajar en esa empresa fue un punto y aparte en sus respectivas carreras.
«Cuando surgió aquella llamada, fue un sueño cumplido«, confesó Martín Peixe.

«Yo estaba en Londres y fui a una entrevista pensando que no me cogerían, pero sí. Y me cambió la vida«, admitió Amador, catalán de 41 años.

Bajo el liderazgo de Lasseter, en Disney se respira otro aire, según les cuentan compañeros que vivieron esa transición.

Directivos y empleados se mezclan en zonas comunes, los creativos se juntan para ayudarse a crear el mejor guión posible, etc.

Y qué duda cabe que esa filosofía procedente de Pixar, ahora instaurada en Disney, está dando resultados.

«Las ideas -apuntó Martín Peixe- están protegidas, por encima de las decisiones comerciales o ejecutivas».

EFE