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Buscan resurgir la cuna del cine erótico en Brasil


La mayor ciudad brasileña fue en su día la cuna del cine erótico brasileño, un foco de cultura, arte y desenfado ligado a nombres como Sonia Braga o Nádia Lippi que busca volver a primer plano con la revitalización de la Calle del Triunfo, en pleno corazón del centro de Sao Paulo.

Al comienzo de su historia, esta descuidada calle fue el polo cinematográfico de la capital paulista y el hogar de grandes productoras, que encontraban aquí una ubicación privilegiada, acolchadas por dos de las mayores estaciones de ferrocarril de la época: Luz y Julio Prestes.

De ambas salían las líneas de trenes Sorocabana y SP Railway, una deslumbrante ventaja para un negocio que acababa de llegar al país hacía poco tiempo.

A lo largo de los años 70, era común encontrar a estrellas del cine comercial, como Sonia Braga, Nádia Lippi, Nuno Leal Maia o Antonio Fagundes caminando por la Triunfo antes de unirse al equipo y seguir hacia los sets de cine distribuidos por toda la ciudad.

Pero el género más importante de la producción regional fue, sin duda, la «pornochanchada«, surgida y encumbrada en la zona conocida como «Boca do Lixo» (boca de la basura).

«La palabra porno del nombre era puramente comercial«, se apura a señalar a Efe Noelle Pinne, actriz de la época que lidera hoy el plan de revitalización de la zona «Triunfo, a Volta«.

En los estudios «se producía de todo, desde westerns hasta comedias o chanchadas que contenían erotismo pero en las que no había sexo explícito, ya que vivíamos en una dictadura«, explica Pinne.

Mientras Pinne recuerda los tiempos en los que protagonizaba centenares de películas, su compañero Paulo Faria, director de la compañía teatral Pessoal do Faroeste, que escogió la Triunfo como su hogar y la de su elenco, muestra antiguos carteles de época.

«Durante los años de plomo, el país vivía un momento de extrema moralidad, pero era un tanto incoherente y hasta gracioso, pues se permitían los desnudos«, apunta Faria, aunque agrega que, «por supuesto, había algunas reglas un poco conservadoras» como gravar un sólo pecho en cada toma.

«¡Y todo se pasaba aquí, en la Triunfo, enfrente de la oficina central del Departamento de Orden Político y Social, el brazo fuerte del régimen!«, exclama Faria.

A pesar de ser una región llena de historia y cultura, actualmente la Calle del Triunfo enfrenta a un gran problema de sanidad pública, ya que forma parte de la región conocida como «Cracolandia«, por la alta concentración de drogadictos adictos al crack.

«Cuando volví de Madrid y llegué a la Triunfo, tuve ganas de llorar«, recuerda Pinne, quien se mudó a España cuando la pornochanchada entró en declive.

La actriz relata que después de la caída del cine nacional muchos de sus compañeros salieron del país o se trasladaron a la televisión, abandonando la zona, que decayó sin artistas ni productoras.

«Es por eso que deseamos traer de vuelta todo el lujo de esta región, que se ha tirado a la basura«, reivindica Pinne mientras habla sobre su proyecto, que desea crear en la Triunfo puntos de cultura y memoria de la cinematografía brasileña.

Entre las acciones del movimiento de recuperación, se busca rehacer la iluminación y devolver la sensación de seguridad, además de transformar la vía en un «Paseo de la Fama» con la historia de los hombres y las mujeres que pasaron por allí.

En el medio de la calle, donde hoy está el hotel Escala, de paredes desconchadas, se quiere construir una filmoteca con el catálogo de las producciones de cine nacional del período de oro de la Triunfo.

«Creemos que este es el momento de cambiar la Triunfo, pues ya recibimos certificaciones del patrimonio histórico para varios de los edificios que aún resisten aquí y que resultarán en espacios de arte y memoria«, concluye Pinne con voz melancólica.

La iniciativa es respaldada por celebridades del cine nacional e internacional, como el director español Pedro Almodóvar, amigo de Pinne, quien envió una postal suya, con su autógrafo y un mensaje de apoyo al proyecto de revitalización de la Triunfo.

EFE